Como inculcar en los niños hábitos buenos para dormir

Dormir es esencial especialmente desde la infancia, puesto que esta es una etapa de desarrollo en la que el organismo necesita descansar más que nunca. Sin embargo, pareciera que hoy en día enseñar buenos hábitos del sueño a los más pequeños es una tarea difícil, puesto que son muchos los distractores como Internet y la televisión, que ocasionan su deseo de dormir hasta bastante más tarde de lo recomendado.

niños

En otras ocasiones, se hacen presentes problemas como el estrés o el miedo que en los niños. se han vuelto más comunes de lo que podemos suponer y les impiden tener un descanso pleno.

Afortunadamente existen ciertas medidas que puedes implementar, con el fin de que tus hijos o los niños cercanos a ti, aprendan a tener una higiene adecuado del sueño, dejando de lado estas complicaciones por el bien de su salud.

Basta con que leas el conjunto de consejos que te brindamos a continuación, para ayudarles a lograrlo.

Establece una rutina

Lo ideal es que tomen un baño caliente antes de ir a dormir, puesto que esto los relajará facilitando que puedan conciliar el sueño de manera profunda. Después de que se duchen, una cena ligera es adecuada. Es mejor excluir los alimentos como hot cakes, pan dulce o galletas; puesto que contienen azúcares que además de ser más lentos de digerir, pueden provocarles ganas de permanecer despiertos. Opta por opciones saladas y nutritivas, como algún emparedado.

Haz que se respete la hora de dormir

Es importante tener la certeza de que los niños han terminado todas sus tareas y pendientes, para que puedan ir a acostarse a tiempo. Y sobretodo acostumbrarlos a que a una hora determinada, es cuando deben estar en la cama. A veces esos «cinco minutos más» que suelen pedir para hacerlo, pueden extenderse más de lo debido, de modo que no dejes de ser firme.

Acompañálos hasta el último momento del día

Si bien es bueno poner algunas reglas, tampoco tienes que abandonar la idea de ser flexible, Habla con los pequeños acerca de las cosas que hicieron durante el día o leéles alguna historia antes de dormir. Nunca olvides darles las buenas noches. Estos actos tan sencillos les infunden confianza y son más indispensables de lo que crees, si quieres que duerman contentos y sin preocupaciones.

La cama solo es para dormir

Hemos mencionado anteriormente que el hecho de comer, jugar o practicar otras actividades en la cama, conduce inconscientemente al hecho de que sea más difícil dormir cuando llega la noche. Esto es porque al asociar la cama con otras costumbres, nos comenzamos a hacer a la idea sin darnos cuenta, de que esta bien permanecer despiertos. Los niños lo hacen con más facilidad, así que no esta de más poner mucha atención en este aspecto.

Una siesta diurna nunca hace mal a nadie

Si ves que los chicos necesitan recuperar fuerzas en el día, no los fuerces a continuar con sus tareas. Es mejor que reposen un poco no solo para que tengan ganas de terminarlas, sino también para que se encuentren en condiciones de hacerlo. No olvides que en ocasiones el cerebro necesita un descanso. Lo único que debes supervisar es que la siesta no se extienda más de un par de horas (los niños requieren más tiempo para recuperar fuerzas).

Verifica que su habitación sea segura y confortable

Lo ideal es que de noche se encuentre lejos de ruidos externos, con una tenue iluminación y temperatura adecuada. En caso de haber muñecos de peluche en la cama, es bueno que te cerciores de que no estorben demasiado ni sean motivo de alergias.